“Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? Mateo 6: 30
Preocuparse
es algo que nos viene natural a los seres humanos. Nos inquieta saber cómo será
el futuro, hacemos inferencias sobre lo que acontecerá y queremos prevenir los
acontecimientos para no encontrarnos con sorpresas, ya que estas pueden ser
desagradables en los resultados que traen. Es difícil vivir con estas
expectativas de incertidumbre total, inquietudes y desasosiegos que nos llevan
a enfermarnos emocional y físicamente. Y, es que, eso es lo que ocurre cuando
queremos controlar nuestra vida, porque no podemos saber con certeza que hay
mas allá de lo que estamos viviendo en el momento.
Dios nos
dice hoy que observemos la naturaleza, miremos como obra con las plantas y los
animales, como los viste y sustenta, por lo que confiemos que así nos vestirá y
sustentará. Debemos entender que no
controlamos nada, ni a nosotros, ni a los que nos rodean, ni los eventos que
ocurren, ni las consecuencias de estos. El mundo esta en las manos de Dios, El
dirige, El controla. Y es por esto que nos invita a hacer algo útil con
nuestras vidas, en vez de enfocarnos en preocupaciones, ocuparnos en cultivar una relación mas
profunda con nuestro Sustentador, conociendo que El dirige nuestras vidas
cuando la confiamos en Sus manos y que en medio de cualquier evento que pueda
ocurrir El nos sostendrá y nos dará la victoria. Puede ser que no siempre
tengamos la ropa mas cara o la ultima moda, quizás hasta tengamos algún
remiendo y costura, pero tendremos vestidos. Y lo mismo pasará con las demás
necesidades de nuestra vida.
Así que, no
os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta
a cada día su propio mal (Mateo 6:34).
Dios
Eterno, Padre de misericordia, a nuestro alrededor ocurren cosas que no podemos
comprender, pero ayúdanos a buscar comprender lo que si podemos, que tener una
relación intima contigo es lo que nos sostiene en este mundo. Danos la sabiduría de aplicar a
nuestras vidas el no afanarnos por el día de mañana, sino ocuparnos en buscar
Tu Rostro. En el Nombre de Jesús, Amén.
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