Poder para soportar
No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar. (1 Cor. 10:13)
Cristo nunca abandonará al
alma por la cual murió. El alma puede dejarle a él, y caer rendida por
la tentación; pero nunca puede alejarse Cristo de uno a quien ha comprado con
su propia vida. Si pudiera avivarse nuestra visión espiritual, veríamos almas
oprimidas y sobrecargadas de tristeza como un carro oprimido bajo el
peso de las gavillas, y listas para morir de desaliento. Veríamos a los
ángeles que vuelan rápidamente para socorrer a los tentados, que puede
decirse que están de pie en el borde del precipicio. Los ángeles del cielo
rechazan las huestes del mal que rodean a estas almas, y las llevan a poner los
pies sobre un fundamento seguro. Las guerras entre los dos ejércitos son
tan reales como las batallas libradas entre los ejércitos de este mundo,
y del resultado del conflicto espiritual dependen destinos eternos.
(DM:98-99)
Nos estamos acercando al momento de crisis. Soportemos la prueba virilmente,
aferrándonos a la mano de la Omnipotencia. Dios obrará por nosotros. Tenemos que vivir solamente un día por vez, y si llegarnos a conocer a fondo a Dios, él nos dará fuerza para soportar lo que vendrá mañana, gracia suficiente para cada día; y cada día encontraremos victorias lo mismo que aflicciones. Debemos poseer el poder del Altísimo, pues tenemos que revestirnos con la armadura de la justicia de Cristo. Tenemos el mismo Dios que obró por su pueblo en los siglos pasados. Jesús se yergue a nuestro lado, ¿por qué vacilaremos?
No, a medida que lleguen las pruebas, recibiremos el poder divino para hacerles frente. Dios nos ayudará a permanecer fieles a su Palabra, y, cuando estemos todos unidos, obrará en nuestro beneficio con especial poder. (RH, 29-04-1890)
Nos estamos acercando al momento de crisis. Soportemos la prueba virilmente,
aferrándonos a la mano de la Omnipotencia. Dios obrará por nosotros. Tenemos que vivir solamente un día por vez, y si llegarnos a conocer a fondo a Dios, él nos dará fuerza para soportar lo que vendrá mañana, gracia suficiente para cada día; y cada día encontraremos victorias lo mismo que aflicciones. Debemos poseer el poder del Altísimo, pues tenemos que revestirnos con la armadura de la justicia de Cristo. Tenemos el mismo Dios que obró por su pueblo en los siglos pasados. Jesús se yergue a nuestro lado, ¿por qué vacilaremos?
No, a medida que lleguen las pruebas, recibiremos el poder divino para hacerles frente. Dios nos ayudará a permanecer fieles a su Palabra, y, cuando estemos todos unidos, obrará en nuestro beneficio con especial poder. (RH, 29-04-1890)
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